SANTIAGO DE CHILE, Chile.- Un equipo internacional de astronómos detectó que hay decenas de miles de millones de planetas en las zonas habitables de la Vía Láctea, reveló hoy en Chile el Observatorio Europeo Austral (ESO).
El equipo europeo informó que cerca del 40% de las estrellas enanas rojas -el tipo más común en la Vía Láctea- tienen un planeta llamado "supertierra" orbitando en una zona habitable que permitiría que hubiera agua en la superficie.
Dado que hay alrededor de 160.000 millones de enanas rojas en la Vía Láctea, el número de mundos que potencialmente son lo suficientemente cálidos y húmedos como para permitir la vida es enorme.
Las enanas rojas, que son pálidas y frías en comparación con el Sol, representan alrededor del 80% de las estrellas en la Vía Láctea.
Las investigaciones, que duraron seis años, destacaron que sólo en la Vía Lactea existen 160.000 millones de estrellas rojas enanas y que al menos hay un centenar de mundos habitables cerca del Sistema Solar.
"Nuevas observaciones con el telescopio HARPS implican que un 40% de las estrellas enanas rojas tienen una súper-Tierra orbitando su zona de habitabilidad", dijo el jefe del equipo científico, el francés Xavier Bonfils. En dichas áreas siderales es posible la existencia de agua sobre la superficie de los planetas, detalló.
Después de estudiar 102 de estas estrellas en los cielos del sur con un telescopio del ESO en Chile, Bonfils y sus colegas descubrieron que los planetas rocosos son mucho más comunes que los gigantes gaseosos como Júpiter y Saturno en nuestro sistema solar.
Sin embargo, los mundos rocosos que giran alrededor de enanas rojas no son necesariamente lugares acogedores para formas de vida extraterrestres.
Debido a que las enanas rojas son mucho más frías que el Sol, cualquier planeta con agua líquida necesitará orbitar mucho más cerca de la estrella que la Tierra del Sol. Eso podría significar estar bañados en dañina radiación ultravioleta y de rayos-X.
Los científicos quieren observar más de cerca a algunos de los planetas parecidos a la Tierra cuando pasan frente a enanas rojas cercanas, lo que podría producir información sobre sus atmósferas y ayudar en la búsqueda de posibles señales de vida.
La investigación fue presentada en un artículo que será publicado en la revista Astronomy & Astrophysics. (Reuters-DPA-ESO.org)